¿Primera
vez? si las relaciones eróticas son muchísimas, tendremos muchísimas primeras
veces: que nos masturbamos, que nos besamos con alguien, que nos tocan y
tocamos, etc. Cada nueva experiencia supone un aprendizaje, un montón de dudas
y expectativas.
Pero le
damos muchísima importancia a la primera vez que practicamos el coito (sobre
todo las personas heterosexuales). Es como si nos marcaran una frontera entre
el antes y el después. Pero en el antes ya estaba nuestra la sexualidad y,
posiblemente, también tuvimos experiencias
eróticas (como fantasías, besos, masturbación, caricias, tocamientos,
etc.). La forma en que estas se dieron, en que las vivimos, etc. van a influir
en las que vendrán, en este caso en nuestro primer coito. Por ejemplo, si no nos conocemos, no sabemos cómo
reacciona nuestro cuerpo, si no hemos sido capaces con nuestras parejas eróticas
de decir aquello que no nos gusta o que sí nos gusta… en el coito no va a ser
diferente. A partir del coito no aprendemos “sexo”, lo hemos venido aprendiendo
ya, igual que a relacionarnos con nuestra sexualidad.
Es tanta la
importancia que le damos al coito, que lo vivimos con mucha inquietud e incluso
miedo ¿dolerá?, ¿sabré hacerlo?, ¿estoy preparada?, ¿estoy preparado?, ¿es la
persona adecuada? Cómo, cuándo y con quién es, en definitiva, una decisión personal. No hay opciones mejores que otras (con o sin amor, por
ejemplo), consiste en que hagas lo que tú quieras y en el momento que
consideres oportuno (sin presiones de ningún tipo). Porque de lo que se trata
es que sea satisfactorio, no sentirnos presionados, elegir qué queremos y qué
no en cada momento, que nuestras opciones sean respetadas. Y, más aún, que no
corramos riesgos frente a infecciones de transmisión genital (ITG) o embarazos.
A tener en cuenta: En ocasiones, sobre todo las primeras veces, practicamos coitos muy poquito
satisfactorios por varios miedos: al dolor (rotura del himen en el caso de las
chicas heterosexuales y molestias anales en el caso de los chicos
homosexuales), a no saber qué hacer y parecer que somos “infantiles” o no
sabemos (sobre todo, en los chicos) y a embarazos o a las ITG.
Nadie nace
con un manual de “destrezas eróticas” debajo del brazo. Además, con cada
persona es diferente porque a todas no nos gusta lo mismo y a una misma persona
le pueden gustar cosas diferentes a lo largo de su vida. No hay recetas mágicas
y el mejor ingrediente en este caso es la comunicación, ser capaces de decir
qué nos gusta y que no, y también de preguntarlo.
Es
fundamental utilizar condón, ya que es el único que previene ITG y embarazos y
esto favorece que estemos más relajados
y nos concentremos en disfrutar. Además, hay condones especiales para
penetración anal, más resistentes para evitar roturas (ya que hay riesgo de
ITG).
En ambos
casos es fundamental la estimulación y la lubricación. Para la penetración
vaginal, las chicas tienen que estar relajadas y disfrutando del momento y para
ello es fundamental estimularlas con cosas que le gusten, que le resulten
placenteras…
En el caso
de la penetración anal, además, la dilatación es muy importante y también
utilizar lubricantes específicos (a base de agua, no de aceites como la
vaselina que pueden romper el condón).
Y, sobre
todo, no olvidemos los genitales no son los únicos órganos que intervienen
tenemos mucha piel con capacidad de sentir…
Creo que hay una errata en el texto, justamente aquí: "En el caso de la penetración anal, además, la dilatación es muy importante y también utilizar lubricantes específicos (a base de aceites, no de agua, como la vaselina, que pueden romper el condón)."
ResponderEliminarPara no dañar el preservativo tienen que ser a base de agua, no de aceites.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarEfectivamente, Ithaisa, que hay una errata. Muchísimas gracias por avisarnos!
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